Nunca asesinaba con su arma ni tenía contacto con mandante. “Reclutador” le contactaba por Facebook para darle instrucciones.
Carlos Villa Alta López salió de Capitán Bado hacia Pedro Juan Caballero. Debía cumplir otro “mandato mortal”, pero el sicario no llegó a cumplirlo.
El lunes, agentes de Investigación Criminal no solo lograron su captura, también abortaron ese atentado.
El experimentado asesino a sueldo de 24 años era el responsable de dar muerte al suboficial Luis Alcibiades Peralta Dávalos de la regional de Identificaciones, el sábado último.
Los policías lo tenían fichado desde hacía mucho tiempo. Sobre él pesaban 7 órdenes de captura, 2 por robo y 5 por homicidios en Bado y Pedro Juan, explicó a EXTRA el comisario César Casco.
“Con la corta edad que tiene está muy empapado con el tema”, expresó Casco. Al igual que Carlos, su hermano, su primo y su tío también son sicarios.
Ellos nunca tenían contacto con los mandantes, tampoco utilizaban sus propias armas para matar. Un reclutador hacía las negociaciones y posteriormente daba las indicaciones a los matones.
“Vía Facebook le contrataba la persona que tiene contacto con el que quiere el trabajo. Después le daba un número, le decía de dónde iba a retirar el arma y quién era el objetivo. Luego le pasaban la foto y la localización”, relató Casco.
La paga
El comisario refirió que el detenido recibía su paga en reales y siempre después de cometer el crimen. “No como otros que reciben una parte y luego el resto”, explicó.
El asesino cobraba de 10.000 (G. 13.500.000) a 30.000 reales (G. 40.500.000) por cada trabajo, dependiendo de la “categoría” de la víctima.
Al ser detenido, Carlos negó el hecho, pero su celular lo delató. “En un audio le avisó a una persona que ya hizo el trabajo”, mencionó Casco.
En un allanamiento en casa de su mamá hallaron celulares, armas y la moto utilizada para matar al policía.
El badeño visitaba poco su valle, pues los mismos policías que le capturaron el lunes frustraron hace un tiempo el asesinato de un comisario que le habían encomendado a él.
“No me maten”, dijo
La policía ya barajaba que Carlos era el asesino al ver los circuitos cerrados, pero una llamada anónima les dio el dato más importante.
Les informaron que viajaría en combi a Pedro Juan en la madrugada del lunes. Hicieron redadas en todos los trayectos, vichearon minibuses y en uno de ellos le agarraron.
Carlos dijo que se llamaba Juan López, pero le llevaron a la base de Investigaciones y las pruebas dactiloscópicas confirmaron que era él y le detuvieron.
“Lo único que pedía era que no se le mate. Porque era un compañero de trabajo, pensó que se le iba a matar”, señaló Casco. Pero cuando le sacaron una foto, mostró el dedo del medio (foto arriba).
En las imágenes de circuito cerrado se ve también que cuando huye el asesino, sale la esposa del suboficial a la calle. Cuando se acerca a su esposo, el agente le toma de la mano y le dice algo y muere. Investigadores aguardan la declaración de la doña.
Los investigadores están 100% seguros de que Carlos es el asesino del policía. Sin embargo, todavía falta que capturen al cómplice, determinar el móvil del crimen y quién es el mandante.
No perdonó al poli
Casco mencionó que Luis prácticamente se entregó al pillar que Carlos lo iba a matar.
Esto, debido a que la víctima años atrás sufrió un accidente y quedó con secuelas en una pierna y un brazo, por lo que no iba a poder correr para escapar.
Antes que el sicario le dispare rogó por su vida. “Anína chejuka che ra’a” (no me mates), dijo.
Las imágenes para los investigadores fueron claras al atraparlo.
Los agujeros del vaquero que tenía puesto Carlos al ser detenido estaban en rodilla y muslos, al igual que el pantalón que se ve en el video, donde también se observa que luego de matar al policía de 9 tiros, le patea dos veces antes de escapar.
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