En una posición de defensa, que no determina si disparó o no, se encontraba “Lalo” Gomes al momento de ser ultimado por la Policía. Su esposa reveló que el legislador tomó un arma para reaccionar, pero hasta el momento no se tiene la confirmación de si llegó a disparar o no.
La posición de cuclillas, definida por la RAE, significa: con el cuerpo doblado de suerte que las nalgas se acerquen al suelo o descansen en los calcañares.
El doctor Pablo Lemir, médico forense, explicó que “Lalo” Gomes se encontraba con el tórax inclinado hacia adelante y las rodillas flexionadas.
“Esa sería una posición hipotética, por la trayectoria de los proyectiles y los ángulos, es una posición, en principio defensiva, que puede adoptar una persona en un enfrentamiento, cuando percibe que está por recibir un balazo”, precisó el doctor, en una entrevista con el canal Gen-Nación Media.
El jefe de Medicina forense aclaró que, en su informe, en ningún momento utilizó la palabra arrodillado, ya que no hay evidencia de ello. Sí puede decirse que estaba agazapado.
“Hay dos supuestos para que estés arrodillado, o que te arrodilles de golpe y vos mismo te tires o que te tiren, empujen y te hagan arrodillar, en ambos casos, vas a tener algún grado de lesión en la rodilla, cosa que nunca se encontró”, detalló.
También se encontró una lesión de raspadura en el lado derecho, como flexionado y cubriéndose el rostro.
La posición explicada por la autopsia no hace juicio de valor sobre si el diputado disparó o no, sin embargo, una de las posibilidades dictadas por la lógica es que, después de hacer un disparo uno se cubra a sí mismo.
Las heridas en el brazo fueron provocadas por el roce de la bala, que provocó una excoriación apergaminada que deja dura la piel. Ese mismo proyectil pasa de refilón en el mentón lado derecho y finalmente ingresa al tórax. Es decir, son tres heridas de un mismo proyectil.
Otro de los impactos fue el que entró por el tórax y, al atravesar el corazón, lo destruyó totalmente y le provocó la muerte.
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