Abandonado a su suerte. Así se encuentra actualmente la única escuela de la comunidad indígena Piky Cua. La situación del lugar es paupérrima: sin agua, energía eléctrica y una construcción inconclusa de aulas por falta de rubros.
La situación estructural del lugar salta a simple vista. Aulas sin techos y puertas. Tampoco cuentan con luz eléctrica y agua potable para consumo. Así dan clases los niños y jóvenes de la comunidad indígena Piky Cua, del distrito de Pedro Juan Caballero, Departamento de Amambay.
Para desgracia de las familias, tampoco pudieron recibir el almuerzo y la merienda escolar. Lo poco que llevan los docentes es compartido con los alumnos para paliar la necesidad. La situación es arrastrada, según los profesores, desde hace varios años atrás.
El profesor Gerardo Aquino, docente indígena, mencionó a Última Hora que esta situación la vienen arrastrando hace 20 años y que hasta el momento no han tenido una respuesta favorable de las autoridades.
Lamentó que varios alumnos deban dar clase en el patio, sufriendo calor en el verano y el intenso frío del invierno. Aseguró que la situación empeora en días de lluvia, ya que deben suspender las clases porque en el aula no caben todos los alumnos.
“No tenemos nada. Nuestras escuela se cae todo. Parte de la iluminación no tenemos. Cuando el tiempo está feo, es muy difícil desarrollar las clases, porque no tenemos los medios para continuar hasta tarde. A veces, son suspendidas las clases”, señaló.
Indicó, además, que solo un grupo reducido da clases dentro de la única aula que tienen, la cual cuenta con varias goteras y aclaró que se podría derrumbar en cualquier momento.
“Sobre el techo de una de las aulas cayó un árbol y quedó inservible. Llevamos 20 años en esta situación. Siempre hacemos notas, pero no tenemos respuesta. La Gobernación empezó una nueva aula, pero quedó inconclusa, sin techo, puertas y ventanas. Está inservible”, sentenció.
UH