El fin de una “era terrorífica”, así calificaban los investigadores la muerte a tiros de Marcio Ariel Aguacate Sánchez Giménez, conocido sicario.
• 1 – Era devoto pero amaba lo oscuro: Aguacate era devoto de Dios y de la Virgen de Caacupé, pese a que su labor comercial estaba vinculada a la muerte. “En mi camino voy con Dios y si no vuelvo es porque yo estoy con él”, se tatuó junto a una pistola y un rosario.
• 2 – Comparado con el narco colombiano: En la frontera lo consideraban el nuevo Pablo Escobar. Inescrupuloso y sanguinario, era un verdadero peso pesado, que armó su imperio con el negocio del sicariato. Nacido en un lejano pueblito de Canindeyú, creció en Capitán Bado en el seno de una numerosa familia.
• 3 – Inició siendo menor de edad: Antes de ser mayor incursionó en el mundo de la muerte por encargo.
• 4 – Mano derecha de Rafaat: Muy pronto fue reclutado por el entonces patrón de la frontera Jorge Rafaat, líder narco hasta el 15 de junio de 2016 (día en que fue asesinado).
• 5 – Entrenado por israelíes: Rafaat le hizo entrenar con agentes israelíes, para ser el jefe de sus sicarios. Tras su muerte, empezó su propio negocio. El miércoles, en el aniversario número 7 del crimen de Rafaat, Aguacate fue asesinado.
• 6 – Estudiaba a sus pupilos: La mayoría de los soldados de Aguacate llegaban a él por recomendación. Él los estudiaba primero.
“Exconvictos, gente que está metida en eso. A veces exsecretarios de otras organizaciones. Desde chicos vienen de ese ambiente”, contó el comisario Rubén Paredes, exdirector de Policía a de Amambay.
• 7 – Él les “pulía”: En su escuela de sicarios eran pulidos por él para el negocio de matar. “Uno puede estar decidido a disparar, pero no va a nacer sabiendo disparar. Se tiene que practicar únicamente”, apuntó Paredes.
• 8 – Tenía un poderoso primer anillo: Aguacate se manejaba con un jefe de operaciones y un primer anillo conformado por cinco sicarios especializados que manejaban varios escuadrones de al menos 30 hombres. De preferencia mayores de edad “decididos a perder”. “Con una ideología asesina de género”, apuntó Paredes.
• 9 – Recibía foto: Quien contrataba los servicios de su batallón mandaba una foto de la víctima, Aguacate elegía tirador y recibía una buena plata por eso.
• 10 – No visitaban Pedro Juan por miedo: Juan Martens, doctor en Criminología contó otros detalles. “Él generaba mucho miedo, muchas personas dejaron de ir a PJC por la presencia de Aguacate”, dijo.
•11 – Decir su nombre era sentencia: el especialista reveló que Aguacate asesinaba al que lo invocaba. “Era una persona cuyo nombre no se pronunciaba, cuyo apodo se omitía decir por la represión que iba a generar y la gran cantidad de sicarios que entrenaba. El solo pronunciar su nombre podía generar asesinatos”, dijo.
• 12 – Conseguía las mujeres que quería: Elegía con las que quería estar y no se podían negar, según Martens. “Familias enteras alentaban a sus hijas a complacer no solamente a Aguacate, sino también a sus secretarios por temor a represalias.
Era un hecho visto con cierta normalidad. Decían ‘qué vamos a hacer si es el secretario de Aguacate, cómo no vamos a ir’?”, mencionó.
Martens considera que termina “una etapa nefasta”, pero que lastimosamente puede ser reemplazado.
Aguacate fue baleado en un apartamento, que extraoficialmente pertenecería a familiares de un poderoso narco de la zona, y su cuerpo arrojado en el barrio Virgen de Caacupé con 33 impactos, a una cuadra del Palacio de Justicia de Pedro Juan Caballero.
Aguacate pasó a formar parte del PCC en la época de Sergio de Arruda Quintiliano Neto, alias “Minotauro” como líder de la facción criminal.
200 polis y 15 fiscales fueron tras él
Por esas raras coincidencias, el 15 de junio del año pasado se hizo un feroz operativo en Amambay en busca de Marcio.
Unos 200 polis y 15 fiscales fueron para buscarlo en el operativo Persea (aguacate) del Norte, pero logró rajar.
Se allanaron 20 estancias, comercios (entre ellos un súper) y casas. La mayoría de sus bienes quedó en manos de la Senabico.
50.000 reales de tarifa , en guaraníes sería algo así como G. 74 millones lo que costaba contratar a uno de sus sicarios.
Él pagaba 10.000 reales (G. 14 millones más o menos) al ejecutor.
Mataba si fallaban
Una característica muy particular del jefe de sicarios era que tenía una estricta política: cortaba la cabeza de sus soldados si no cumplían bien sus cometidos.
Entre sus tantos peones asesinados por no cumplir bien su tarea, estaba el asesino de Haylee Acevedo, Derlis David Sánchez Ayala. Derlis fue ajusticiado en octubre de 2021 por matar a cuatro personas, cuando que el blanco era solo Osmar Vicente Álvarez, alias Bebeto.
Se decía que Sánchez Ayala era su sobrino, pero negó esa situación.
Pecci lo investigó
Siete meses antes de su asesinato en Barú (Colombia), el fiscal Marcelo Pecci confirmó que Marcio estaba bajo su lupa. El investigador habló al respecto con La Lupa en octubre de 2021 y dijo que si no pedía aún su imputación era porque no tenía elementos, pero que la sospecha sobre él, en el cuádruple homicidio donde fue asesinada Haylee Acevedo, era fuerte.
En ese tiempo, fue José Carlos Acevedo, tío de ella, quien acusó a Marcio. Al exintendente pedrojuanino le liquidaron un mes antes que a Pecci.
En la entrada a su estancia había un banco con la cara de Pablo Escobar grabada en madera y dos mensajes, uno en cada lado. A la estancia de la colonia Santa Clara solo entraban altos mandos del PCC.
La hacienda parecida a la Nápoles, tenía 100 hectáreas, piscina, establo y una zona de ejecución.