Una madre denuncia que su hijo sufrió una intoxicación por creolina, acusando a su vecina, quien es secretaría de la Policía Nacional, como responsable. La mujer afirmó que el derrame del químico afectó gravemente la salud de su familia y que, a pesar de las denuncias a la Municipalidad, no recibe respuesta.
La afectada Katerine Zorrilla, de 26 años, residente del barrio San Miguel de la ciudad de San Lorenzo, denunció que su vecina, Sonia Beatriz Noguera Guanes, quien trabaja como secretaria en la Policía Nacional, desde hace aproximadamente diez años, ha estado derramando creolina en su propiedad, lo que ha provocado graves problemas de salud en su familia.
“Mis padres tenían problemas de salud, y lamentablemente, ya han fallecido. Ahora, mi hijo de 3 años y mi hija de 8, están prácticamente intoxicados. Cada vez que inhalamos la creolina, tenemos que ir al centro de salud. Yo vomito, y estamos todos muy mal”, relató en una entrevista con radio Ñanduti.
En ese sentido, la joven madre mencionó que se dirigió a la Municipalidad de San Lorenzo en busca de ayuda, pero aseguró que la respuesta que recibió fue insuficiente. “Me dijeron que ella solo derrama creolina una vez a la semana, pero eso es mentira. Es todos los días. No podemos ni almorzar en casa. El dolor es impresionante”, lamentó. Además, explicó que la creolina se filtra a su hogar a través de un pasillo compartido, lo que agrava la situación.
Asimismo, indicó que incluso presentó denuncias en varias instancias, aunque se siente desamparada debido a la posición de su vecina. “Ella tiene una obsesión con la creolina. Es increíble. Mi papá tuvo problemas cardíacos y mi mamá problemas pulmonares. Le dije en varias ocasiones, y ella simplemente responde: ‘Soy policía, puedo hacer lo que quiera’”, relató Katherine, visiblemente indignada.
La situación alcanzó niveles críticos, con Katerine buscando ayuda de los medios para dar a conocer su situación. “Pido que las autoridades tomen acción. En mis redes sociales pueden ver mi historia. Ya me denunciaron porque pinté mi muralla con cal, y volvió a derramar creolina al día siguiente”, enfatizó.
La mujer manifestó que no solo se siente impotente, sino también desesperada por el estado de salud de sus hijos. “Mi hijo está con reposo y cada vez que hay un horario, tenemos que ir a consultar. Es horrible”, lamentó.
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