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Doña se escondió en el baño para no pagarle a su mbói

Cobrador le pilló todito y por eso filmó y escrachó a la clienta. “Le dije ‘salí pues señora, yo ya no juego tuka’e kañy’”, contó.

“Desde lejos ya te vi que corriste de mí, no sos nada agraciada”, se le escucha decir a Ever O., en un video que él mismo grabó.

El joven de 28 años es cobrador y, como la clienta supuestamente se estaba haciendo de la ñembotavy (desentendida) con su cuenta, él decidió sacar los trapitos sucios al Sol.

“Si uno no puede pagar, entonces que no compre”

Para que la doña sienta algo de “vergüenza”, subió la filmación a su Tik Tok, donde recibió felicitaciones y también cañeadas, por exponer a su prójima.

Esa mañana, el martes, Ever se fue hasta la casa de la marchante que vive en San Lorenzo. Allí se dijo muy adentro “¡ndi!” porque se trataba de un caso perdido.

La mujer había adquirido un mueble y está atrasada, pero muchísimo, con los pagos.

“Cada vez que me voy, ella se esconde. Justo cuando llegué y como mi moto es alta, me paré sobre el asiento y me fijé que tenía una escoba en la mano y ahí corrió, y entró al baño, pero cuando le vi, le dije ‘epepepepe’”, detalló.

La mujer se internó en el cuarto “del 1 y el 2” durante unos 15 minutos, y no estaba dispuesta a salir. “Como la señora no salía del baño, entonces le dije ‘salí pues señora, yo ya no juego tuka’e kañy (las escondidas) ya no soy más una criatura’”, le dije.

Tîro’ysâ

Un vecino que escuchó el barullo, salió al paso y metió, no solamente su cuchara, sino también el cucharón, los platos y todo.

El hombre le comentó que la señora todos los días le baja la rubia espumante y no solo de él se esconde, sino de otros mbói (cobradores) que también salen decepcionados del lugar y con las manos vacías.

Cuando la señora se dignó a salir, lo hizo de mala gana, y fue ella la más ofendida, a tal punto de que comenzó a gritar al prestamista que solo quería cobrar su platita, pero no lo logró.

“Ella me dijo ‘peju pejopy ore rehe’ (vienen a apretar por nosotros), pero nadie se va y les aprieta con un arma para que ellos puedan dejar (plata o electrodomésticos), he’i.

Ever refirió que los clientes dejan los productos por su gusto kue.

Sin embargo, cuestionó que a la hora del cobro, los mismos ponen miles de excusas o simplemente okañy (desaparecen).

“Tenés que batallar para cobrar”, apuntó.

Ever contó que también tiene clientes hechakuaa, que hacen lo imposible para no formar parte de la lista negra.

“Trajo un machete”

El marido de la doña le salió borracho

Una de las hazañas que permanecen en la memoria de Ever, es cuando el marido de su clienta lo corrió con machete, pero afortunadamente no pasó a mayores, según explicó.

“Una vez me fui a Costa Fleitas de Areguá, y el señor que estaba borracho, salió y me preguntó ‘¿Qué hacés acá, ekañy’ y después me dijo ‘aháta aju ndéve’ (volveré), entonces se fue al fondo de su casa y trajo un machete largo, entonces yo retrocedí tres pasos y encontré una piedra, ha ajapi (le acerté) ipéchore (en su pecho y le saqué el machete”, contó Ever.

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