Era una señal de que algo malo estaba por suceder esa noche. Una tragedia para ser más exactos.
Tardando un poco en salir de la habitación, el novio, tras llamarla dos veces y sin obtener respuesta, decidió ir a su encuentro.
Al abrir la puerta, el novio fue alcanzado con un machete en el corazón, cayendo y sangrando.
El vestido, cubierto de salpicaduras de sangre, fue la prenda que sirvió para cubrir el cuerpo hasta el lugar donde fue enterrado. La tumba ya estaba abierta.
Utilizando una carreta y con la ayuda de una lámpara, procedió a enterrar el cuerpo de su ser querido.
La novia entonces desenrolló el cadáver y lo arrojó al agujero, cubierto por la densa niebla nocturna y poco a poco por la tierra arrojada por las pesadas manos de la mujer.
Días y días la novia lució la prenda. Cuando regresó a casa, cerró la reja, las ventanas y las puertas y sólo años después la encontraron dentro, ya muerta.
Se informa que la novia de negro salió por las calles de Ponta Porã en busca del novio asesinado, cuya alma aún estaría vagando por la tierra donde fue enterrado, cuyo lugar exacto sólo ella, la novia de negro, podía saber. indicar.
La familia del novio buscó el cuerpo años tras años y aún sin saber el paradero de la novia, estaban seguros de que a la pareja le había pasado lo peor.
Luego de que los restos de la novia vestida de negro fueran encontrados dentro de la casa y las manchas de sangre resaltaran, confirmaran la tragedia.
Parece una leyenda, pero son historias reales y muy presentes en un pasado no muy lejano en Ponta Porã.
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